Cuando Daniel propuso poner una fábrica de franelas en La Ciénaga, "yo no sabía ni coser", recuerda Yojani.

Daniel, su esposo, había tenido experiencia como obrero textil. Conocía el negocio por dentro y por fuera y confiaba en la mutual emprendedora que formaría con su esposa.

Ambos están orgullosos de lo que han alcanzado viviendo en su barrio. Que es mucho.

Están a gusto en su barrio. En La Ciénaga, dicen, los vecinos se apoyan y se preocupan los unos por los otros.

Su pequeña empresa tiene ya varios empleados y venden en varias zonas del país.

Como nota simpática: el hijo de ambos, un chiquitín de cinco años, le encanta sentarse en una de las máquinas para "imitar" a sus padres, identificado con el camino escogido por sus padres.

"Que somos de barrio pudiera verse como algo malo, pero cuando decimos somos de barrio con orgullo, es porque del barrio pueden salir muchas cosas buenas", dice Daniel muy convencido.

Por dominicanos y dominicanas como Yojani y Daniel, desde el gobierno de Danilo, democratizamos el crédito y las compras públicas. Trabajamos para que las empresas chiquitas, pequeñas y medianas crezcan y se multipliquen.

Como bien dice Yojani, "aunque usted sea de barrio, aunque usted sea pobre, se puede".

#SomosDeBarrio