Rabia provoca levantarse y encontrar que te han robado el radio o la batería del carro.

O que lo has parqueado en la vía pública, te has desmontado a hacer una diligencia y descubres un vidriecito roto atrás y dentro el tablero desvencijado.

Rabias, maldices, te sientes ultrajado y molesto por la cobardía que hay en todo robo, porque te costó y ahora te costará comprarte otro.

Tu carro ha significado una ilusión y mucho esfuerzo para ti. Eres clase media. Luchas para no caerte y seguir conquistando comodidades.

¡Y estas son las situaciones que desgastan!

Sin embargo, buenas noticias van llegando. Alentadoras.

La instalación de más de 1,300 cámaras de vídeo vigilancia del 911 en el Gran Santo Domingo ha sido de gran ayuda en la protección de vidas y bienes de sus residentes.

El ladrón no lo sabe, lo ignora, pero lo estamos viendo. 

Las cámaras de vídeo vigilancia funcionan. Y decimos que funcionan porque hay una coordinación efectiva con la Policía. 

Desde el 911, un operador avisa, le dice exactamente dónde, en segundos, en vivo, le muestra, la lleva casi de la mano a lugar del crimen.

Muchos robos han sido evitados y delincuentes apresados con la mano en la masa.

Habrá más cámaras. Cientos más. Perfeccionaremos cada vez más la lucha contra el crimen. Lucha sin cuartel. Sin descanso. 

Falta, pero sin duda avanzamos por el camino correcto.