Video: Discurso presidente Medina ante empresarios iberoamericanos‏

Señoras y señores:

Es un gran honor para mí estar presente en este Encuentro Empresarial Iberoamericano. Y es, a la vez, una gran responsabilidad.

Digo esto porque me encuentro frente a una audiencia que reúne a muchos de los tomadores y tomadoras de decisiones en nuestro continente y en Europa.

Hombres y mujeres que tendrán la última palabra sobre hacia dónde se dirigirán sus empresas en el futuro próximo. Cuál será el destino de sus inversiones. Dónde colocarán sus proyectos de expansión…

Me corresponde, por tanto, en esta breve intervención, convencerlos de las bondades de la República Dominicana y animarlos a hacer negocios con nuestra gente.

Es una gran responsabilidad, ciertamente. Pero también, si me lo permiten, una tarea sencilla, si tenemos en cuenta la larga lista de virtudes de nuestro querido país.

Señoras y señores,

La República Dominicana, para aquellos que aún no la conozcan, es exactamente como la imaginan. Playas infinitas, arena blanca, paisajes paradisíacos, alegría caribeña, gente hospitalaria…

Es todo eso, sí, pero también muchísimo más que quizá no esperen.

Nuestro país, por dar solo algunas pinceladas, fue el año pasado el principal receptor de inversiones de Centroamérica y el Caribe.

A la República Dominicana llegó el 45% de la inversión extranjera directa en ese periodo, por un monto total de 3,584 millones de dólares.

También somos el número uno en recepción de turistas en la región del Caribe.

El año pasado nos visitaron más de 4.5 millones de personas, que generaron más de 4,500 millones de dólares de ingresos para el país.

Contamos con 12 puertos y 9 aeropuertos internacionales, con costos operativos competitivos, una infraestructura productiva muy avanzada, economía diversificada y lo más importante, un capital humano excelente y talentoso.

Somos, además, uno de los 6 países del mundo que cuentan, a la vez, con acuerdos preferenciales y de libre comercio con Estados Unidos, a través del DR-CAFTA y con la Unión Europea, a través del acuerdo EPA.

Esos y otros acuerdos alcanzados nos permiten tener acceso preferencial a 876 millones de consumidores en todo el mundo, con reglas de origen flexibles y favorables, que ofrecen tremendas ventajas para las empresas establecidas en nuestro territorio.

Algunos de nuestros productos se encuentran también en el número uno de rankings mundiales. Somos, por ejemplo, el principal exportador de cigarros a Estados Unidos, de ron hacia España y Chile y el segundo exportador de cacao de América Latina y el Caribe.

Somos además el tercer exportador mundial de equipos ópticos y médicos, entre otros.

Tenemos una de las cinco principales minas de oro en explotación del mundo.

Todas estas cifras dan cuenta del dinamismo y la buena salud de nuestra economía. Muestran la confianza de los inversores en nuestra capacidad y en el amplio abanico de posibilidades que podemos ofrecerles.

Señoras y señores

Para sacar el mayor provecho a todo este potencial, estamos impulsando estratégicamente los sectores clave de nuestra economía, ampliando sus capacidades y buscando adaptarlos exitosamente a un entorno económico en constante evolución.

Hablemos, por ejemplo, del turismo.

Como he mencionado, somos el destino favorito de la región. Ahora tenemos el reto de diversificar nuestra oferta, creando incentivos fiscales que atraigan la inversión.

Tanto para consolidar los destinos tradicionales como para abrir otros nuevos, que no tienen por qué estar tan ligados al modelo de sol y playa, sino que pueden poner en juego también la riqueza natural de nuestra geografía y el atractivo de nuestra cultura.

Se podrán crear así experiencias turísticas estimulantes y nuevas oportunidades de negocio.

Para poner un ejemplo puedo mencionar la zona colonial de Santo Domingo, la más antigua de América y nombrada por la UNESCO patrimonio de la humanidad, que en estos momentos está en proceso de remozamiento y se convertirá en un inigualable punto de entrada al país.

De la misma forma, nos afanamos en impulsar el turismo de cruceros y el turismo ecológico.

En cuanto a las infraestructuras, estamos uniendo todas las localidades del país en una red de carreteras modernas y seguras, algunas de ellas emblemáticas, como la Circunvalación del Gran Santo Domingo.

Estos proyectos, aparte de suponer un estímulo a la creación de empleo, mejorarán la accesibilidad de las zonas turísticas y acortarán las distancias entre las zonas productoras y los puntos de exportación.

Además, nos ayudarán en la expansión de los centros urbanos y la descongestión de la capital, mediante la apertura de nuevas zonas para la construcción de viviendas y comercios.

Otro de nuestros fuertes es el campo, del que estamos recuperando toda su pujanza y su rentabilidad.

Estamos realizando inversiones millonarias en la forma de créditos a la producción o de seguros agropecuarios, cuya adjudicación frecuentemente  superviso sobre el terreno.

Como resultado de todo esto, está previsto que este año el país rompa la barrera de los 1.200 millones de dólares en exportaciones agropecuarias.

Otro sector que merece toda nuestra atención son las zonas francas de exportación, porque sabemos lo importante que es la inversión extranjera por lo que supone para la creación de empleo, la transferencia de tecnologías y la generación de divisas.

Para que tengan una idea de cuán importante es el sector de Zonas Francas del país, basta con decirles que en el año 2012 se constituyó en el principal generador de divisas, incluso, por encima del turismo, generando divisas por encima de los cinco mil millones de dólares.

Los incentivos que hemos dispuesto han dado como resultado que en el primer año de gobierno se hayan aprobado 64 nuevas empresas, 12 parques industriales y 16 ampliaciones, lo que han supuesto más de 44 mil nuevos puestos de trabajo.

Señoras y señores,

Otro sector que promete importantes oportunidades en la República Dominicana es el de la energía.

El país tiene una fuerte demanda, aún insatisfecha, a la que hemos decidido hacer frente abriendo el sector a la inversión internacional.

En un primer momento empezaremos licitando dos plantas de carbón. Pero la meta es contar con una matriz energética cada vez más diversificada, que pueda absorber en los próximos años la creciente demanda de una economía en proceso de expansión.

Tenemos las puertas abiertas a nuevos proyectos e iniciativas que nos ayuden a tener el sector eléctrico moderno, competitivo y eficiente que precisamos.

De  igual  importancia ha sido para este gobierno simplificar la carga burocrática a los inversores. Por eso pusimos en marcha la ventanilla única de inversiones, que ha reducido drásticamente los plazos de obtención de permisos y otros trámites.

Ese servicio ya atiende a sectores estratégicos como el turismo y las obras públicas y ampliará próximamente su ámbito de actuación al resto de la economía.

Amigos y amigas,

Es cierto que los incentivos fiscales o las infraestructuras son importantes para la competitividad.

Sin embargo, en muchas ocasiones lo mejor que puede hacer un gobierno para atraer la inversión es establecer un clima de estabilidad, institucionalidad y predictibilidad que convierta al país en un ecosistema seguro y favorable al desarrollo empresarial.

Y en eso estamos trabajando sin descanso. Y lo estamos haciendo, en primer lugar, cumpliendo con la palabra dada.

Permítanme decirles, humildemente, que si algo ha caracterizado a nuestra gestión es el compromiso inquebrantable de cumplir con lo que prometimos al pueblo dominicano en nuestro programa de gobierno.

Porque creemos en el ejemplo como motor de cambio y porque sabemos que cuando alguien busca un socio lo primero que necesita es confiar en su palabra.

Por eso, desde el comienzo de nuestra gestión, nos tomamos muy en serio la racionalización del gasto público, que fue consagrada en un decreto específico y ha recortado gastos inútiles para redirigir miles de millones de pesos hacia los sectores productivos.

De la misma forma se han centralizado las cuentas del Estado en una cuenta única del tesoro, limitando las redundancias y eliminando las duplicidades existentes en las nóminas de los empleados públicos.

Como ven, comenzamos por ordenar la casa, para garantizar que cada peso del presupuesto público se emplea para el progreso de nuestro pueblo.

El gobierno está, de igual forma, firmemente comprometido con la transparencia. Esta es una posición de principios, por supuesto, pero también conlleva ventajas prácticas.

Tener una administración profesionalizada, sin privilegios, que no favorezca a los intereses de un grupo u otro, es la mejor garantía que los empresarios pueden tener para realizar negocios en un contexto de igualdad, predictibilidad y reglas de juego claras.

Por eso estamos haciendo también un gran esfuerzo por la modernización del Estado en todo lo que tiene que ver con las compras y contrataciones.

Estamos decididos a que esta sea un área en la que estemos a la altura de los más altos estándares internacionales, y aspiramos a tener pronto todos los procesos de compras y contrataciones en un portal único de internet.

Señoras y señores,

Sabemos también que para tener una economía diversificada y competitiva, necesitamos disponer tanto de mano de obra cualificada, como de una sólida clase media con capacidad de consumo.

Es por eso que estamos invirtiendo en nuestra gente como nunca se ha hecho.

Estamos sacando a miles y miles de personas de la pobreza, y lo estamos haciendo, no sólo mediante programas de apoyo social, sino también de la forma más sostenible que puede hacerse: mediante la creación de empleos.

Para lograrlo estamos impulsando el pequeño emprendedurismo de una forma sin precedentes.

Mediante el impulso a los microcréditos, el asesoramiento, el apoyo financiero y la provisión de seguros a las pymes, estamos ayudando a crear miles de puestos de empleos, e impulsando entre la población una mentalidad favorable a las oportunidades de emprendimientos y negocios.

En cuanto a la educación y formación de nuestra gente…

Creo que cualquier dominicano al que pregunten podría contarles que, desde que dedicamos el 4% del PIB a la educación, estamos viviendo en el país una auténtica revolución educativa.

Esta revolución abarca todo el ciclo formativo, desde la educación inicial hasta las universidades o la formación para adultos.

Siempre con el objetivo de desarrollar la potencialidad de nuestro capital humano y facilitar así a nuestra gente su desarrollo como ciudadanos y su plena participación en la sociedad del conocimiento.

En cuanto a la transición de la República Dominicana hacia una sociedad de clases medias, estamos también viviendo un feliz momento de progreso, al igual que otros países de América Latina.

En muchos puntos del continente se está comprobando el papel central que las políticas públicas pueden tener en este proceso.

Manteniendo unas sobrias políticas macroeconómicas, al tiempo que invirtiendo en programas sociales, nuestros países están elevando, año tras año, a millones de personas hacia la clase media.

En nuestro caso también se han dado pasos muy importantes.

Por mencionar solo algunas medidas en el área de salud, ya estamos asegurando que la sanidad pública alcanza a todos, con la eliminación de las cuotas de recuperación en hospitales y, paralelamente, estamos en el proceso de incluir al 100% de la población a un sistema de seguridad social.

Estas políticas, encaminadas a garantizar educación y salud gratuitas de calidad, están reconocidas mundialmente como una de las formas más seguras de construir una población con las necesidades básicas cubiertas y que, por tanto, libera su poder adquisitivo para gastarlo en otros productos o servicios.

Esto implica la creación de una amplia base de consumidores que, a su vez, ponen en marcha un ciclo virtuoso de demanda y oferta.

Eso nos llevará a una cada vez mayor diversificación de la economía, con oportunidades de negocio que van mucho más allá de las tradicionales exportaciones.

En definitiva, nuestro país se encuentra en un proceso de expansión de su potencial humano y económico.

Estamos reforzando nuestros puntos fuertes tradicionales, al tiempo que abrimos nuevos sectores para el desarrollo. Estamos invirtiendo en nuestra gente como nunca se había hecho y dando los primeros pasos hacia la constitución de una sociedad de clases medias.

Estamos comprometidos a ofrecer, tanto a nuestros ciudadanos como a los inversores nacionales e internacionales, un clima favorable para la creación de negocios.

Con una economía en crecimiento y una administración pública transparente y profesionalizada.

Amigos y amigas,

Creo firmemente en la República Dominicana. En su capacidad de generar y distribuir riqueza, en los valores que cultiva su gente y en su capacidad de trabajar bien y con honestidad.

El gobierno y yo personalmente estamos comprometidos con el bienestar y el desarrollo de nuestro pueblo y haremos todo lo que esté en nuestras manos para lograrlo, no les quepa duda.

Aquellos de ustedes que se decidan a acompañarnos en este proceso encontrarán ante sí un país ávido de progreso y de novedad.  

Encontrarán un gobierno y un pueblo llenos de optimismo, que han decidido avanzar juntos en un proyecto común de superación.

Encontrarán hombres y mujeres que creen firmemente en su capacidad de cambiar las cosas y de hacer lo que nunca se ha hecho.

Señores Empresarios

Estoy convencido también, de que la única forma que tienen nuestros paises de avanzar hacia el desarrollo, es mediante una fuerte alianza entre los empresarios y los gobiernos, por eso en la República Dominicana apostamos por la existencia de un sólido sector Empresarial.

Señoras y señores

Aprovecho la oportunidad para desearles a esta Cumbre Empresarial Iberoamericana el mayor de los éxitos en favor de la empresa privada y los pueblos de nuestros países.

Los espero en la República Dominicana.

Muchas gracias a todos.

Señoras y señores,

La República Dominicana, para aquellos que aún no la conozcan, es exactamente como la imaginan. Playas infinitas, arena blanca, paisajes paradisíacos, alegría caribeña, gente hospitalaria…

Es todo eso, sí, pero también muchísimo más que quizá no esperen.

Nuestro país, por dar solo algunas pinceladas, fue el año pasado el principal receptor de inversiones de Centroamérica y el Caribe.

A la República Dominicana llegó el 45% de la inversión extranjera directa en ese periodo, por un monto total de 3,584 millones de dólares.

También somos el número uno en recepción de turistas en la región del Caribe.

El año pasado nos visitaron más de 4.5 millones de personas, que generaron más de 4,500 millones de dólares de ingresos para el país.

Contamos con 12 puertos y 9 aeropuertos internacionales, con costos operativos competitivos, una infraestructura productiva muy avanzada, economía diversificada y lo más importante, un capital humano excelente y talentoso.

Somos, además, uno de los 6 países del mundo que cuentan, a la vez, con acuerdos preferenciales y de libre comercio con Estados Unidos, a través del DR-CAFTA y con la Unión Europea, a través del acuerdo EPA.

Esos y otros acuerdos alcanzados nos permiten tener acceso preferencial a 876 millones de consumidores en todo el mundo, con reglas de origen flexibles y favorables, que ofrecen tremendas ventajas para las empresas establecidas en nuestro territorio.

Algunos de nuestros productos se encuentran también en el número uno de rankings mundiales. Somos, por ejemplo, el principal exportador de cigarros a Estados Unidos, de ron hacia España y Chile y el segundo exportador de cacao de América Latina y el Caribe.

Somos además el tercer exportador mundial de equipos ópticos y médicos, entre otros.

Tenemos una de las cinco principales minas de oro en explotación del mundo.

Todas estas cifras dan cuenta del dinamismo y la buena salud de nuestra economía. Muestran la confianza de los inversores en nuestra capacidad y en el amplio abanico de posibilidades que podemos ofrecerles.

Señoras y señores

Para sacar el mayor provecho a todo este potencial, estamos impulsando estratégicamente los sectores clave de nuestra economía, ampliando sus capacidades y buscando adaptarlos exitosamente a un entorno económico en constante evolución.

Hablemos, por ejemplo, del turismo.

Como he mencionado, somos el destino favorito de la región. Ahora tenemos el reto de diversificar nuestra oferta, creando incentivos fiscales que atraigan la inversión.

Tanto para consolidar los destinos tradicionales como para abrir otros nuevos, que no tienen por qué estar tan ligados al modelo de sol y playa, sino que pueden poner en juego también la riqueza natural de nuestra geografía y el atractivo de nuestra cultura.

Se podrán crear así experiencias turísticas estimulantes y nuevas oportunidades de negocio.

Para poner un ejemplo puedo mencionar la zona colonial de Santo Domingo, la más antigua de América y nombrada por la UNESCO patrimonio de la humanidad, que en estos momentos está en proceso de remozamiento y se convertirá en un inigualable punto de entrada al país.

De la misma forma, nos afanamos en impulsar el turismo de cruceros y el turismo ecológico.

En cuanto a las infraestructuras, estamos uniendo todas las localidades del país en una red de carreteras modernas y seguras, algunas de ellas emblemáticas, como la Circunvalación del Gran Santo Domingo.

Estos proyectos, aparte de suponer un estímulo a la creación de empleo, mejorarán la accesibilidad de las zonas turísticas y acortarán las distancias entre las zonas productoras y los puntos de exportación.

Además, nos ayudarán en la expansión de los centros urbanos y la descongestión de la capital, mediante la apertura de nuevas zonas para la construcción de viviendas y comercios.

Otro de nuestros fuertes es el campo, del que estamos recuperando toda su pujanza y su rentabilidad.

Estamos realizando inversiones millonarias en la forma de créditos a la producción o de seguros agropecuarios, cuya adjudicación frecuentemente  superviso sobre el terreno.

Como resultado de todo esto, está previsto que este año el país rompa la barrera de los 1.200 millones de dólares en exportaciones agropecuarias.

Otro sector que merece toda nuestra atención son las zonas francas de exportación, porque sabemos lo importante que es la inversión extranjera por lo que supone para la creación de empleo, la transferencia de tecnologías y la generación de divisas.

Para que tengan una idea de cuán importante es el sector de Zonas Francas del país, basta con decirles que en el año 2012 se constituyó en el principal generador de divisas, incluso, por encima del turismo, generando divisas por encima de los cinco mil millones de dólares.

Los incentivos que hemos dispuesto han dado como resultado que en el primer año de gobierno se hayan aprobado 64 nuevas empresas, 12 parques industriales y 16 ampliaciones, lo que han supuesto más de 44 mil nuevos puestos de trabajo.

Señoras y señores,

Otro sector que promete importantes oportunidades en la República Dominicana es el de la energía.

El país tiene una fuerte demanda, aún insatisfecha, a la que hemos decidido hacer frente abriendo el sector a la inversión internacional.

En un primer momento empezaremos licitando dos plantas de carbón. Pero la meta es contar con una matriz energética cada vez más diversificada, que pueda absorber en los próximos años la creciente demanda de una economía en proceso de expansión.

Tenemos las puertas abiertas a nuevos proyectos e iniciativas que nos ayuden a tener el sector eléctrico moderno, competitivo y eficiente que precisamos.

De  igual  importancia ha sido para este gobierno simplificar la carga burocrática a los inversores. Por eso pusimos en marcha la ventanilla única de inversiones, que ha reducido drásticamente los plazos de obtención de permisos y otros trámites.

Ese servicio ya atiende a sectores estratégicos como el turismo y las obras públicas y ampliará próximamente su ámbito de actuación al resto de la economía.

Amigos y amigas,

Es cierto que los incentivos fiscales o las infraestructuras son importantes para la competitividad.

Sin embargo, en muchas ocasiones lo mejor que puede hacer un gobierno para atraer la inversión es establecer un clima de estabilidad, institucionalidad y predictibilidad que convierta al país en un ecosistema seguro y favorable al desarrollo empresarial.

Y en eso estamos trabajando sin descanso. Y lo estamos haciendo, en primer lugar, cumpliendo con la palabra dada.

Permítanme decirles, humildemente, que si algo ha caracterizado a nuestra gestión es el compromiso inquebrantable de cumplir con lo que prometimos al pueblo dominicano en nuestro programa de gobierno.

Porque creemos en el ejemplo como motor de cambio y porque sabemos que cuando alguien busca un socio lo primero que necesita es confiar en su palabra.

Por eso, desde el comienzo de nuestra gestión, nos tomamos muy en serio la racionalización del gasto público, que fue consagrada en un decreto específico y ha recortado gastos inútiles para redirigir miles de millones de pesos hacia los sectores productivos.

De la misma forma se han centralizado las cuentas del Estado en una cuenta única del tesoro, limitando las redundancias y eliminando las duplicidades existentes en las nóminas de los empleados públicos.

Como ven, comenzamos por ordenar la casa, para garantizar que cada peso del presupuesto público se emplea para el progreso de nuestro pueblo.

El gobierno está, de igual forma, firmemente comprometido con la transparencia. Esta es una posición de principios, por supuesto, pero también conlleva ventajas prácticas.

Tener una administración profesionalizada, sin privilegios, que no favorezca a los intereses de un grupo u otro, es la mejor garantía que los empresarios pueden tener para realizar negocios en un contexto de igualdad, predictibilidad y reglas de juego claras.

Por eso estamos haciendo también un gran esfuerzo por la modernización del Estado en todo lo que tiene que ver con las compras y contrataciones.

Estamos decididos a que esta sea un área en la que estemos a la altura de los más altos estándares internacionales, y aspiramos a tener pronto todos los procesos de compras y contrataciones en un portal único de internet.

Señoras y señores,

Sabemos también que para tener una economía diversificada y competitiva, necesitamos disponer tanto de mano de obra cualificada, como de una sólida clase media con capacidad de consumo.

Es por eso que estamos invirtiendo en nuestra gente como nunca se ha hecho.

Estamos sacando a miles y miles de personas de la pobreza, y lo estamos haciendo, no sólo mediante programas de apoyo social, sino también de la forma más sostenible que puede hacerse: mediante la creación de empleos.

Para lograrlo estamos impulsando el pequeño emprendedurismo de una forma sin precedentes.

Mediante el impulso a los microcréditos, el asesoramiento, el apoyo financiero y la provisión de seguros a las pymes, estamos ayudando a crear miles de puestos de empleos, e impulsando entre la población una mentalidad favorable a las oportunidades de emprendimientos y negocios.

En cuanto a la educación y formación de nuestra gente…

Creo que cualquier dominicano al que pregunten podría contarles que, desde que dedicamos el 4% del PIB a la educación, estamos viviendo en el país una auténtica revolución educativa.

Esta revolución abarca todo el ciclo formativo, desde la educación inicial hasta las universidades o la formación para adultos.

Siempre con el objetivo de desarrollar la potencialidad de nuestro capital humano y facilitar así a nuestra gente su desarrollo como ciudadanos y su plena participación en la sociedad del conocimiento.

En cuanto a la transición de la República Dominicana hacia una sociedad de clases medias, estamos también viviendo un feliz momento de progreso, al igual que otros países de América Latina.

En muchos puntos del continente se está comprobando el papel central que las políticas públicas pueden tener en este proceso.

Manteniendo unas sobrias políticas macroeconómicas, al tiempo que invirtiendo en programas sociales, nuestros países están elevando, año tras año, a millones de personas hacia la clase media.

En nuestro caso también se han dado pasos muy importantes.

Por mencionar solo algunas medidas en el área de salud, ya estamos asegurando que la sanidad pública alcanza a todos, con la eliminación de las cuotas de recuperación en hospitales y, paralelamente, estamos en el proceso de incluir al 100% de la población a un sistema de seguridad social.

Estas políticas, encaminadas a garantizar educación y salud gratuitas de calidad, están reconocidas mundialmente como una de las formas más seguras de construir una población con las necesidades básicas cubiertas y que, por tanto, libera su poder adquisitivo para gastarlo en otros productos o servicios.

Esto implica la creación de una amplia base de consumidores que, a su vez, ponen en marcha un ciclo virtuoso de demanda y oferta.

Eso nos llevará a una cada vez mayor diversificación de la economía, con oportunidades de negocio que van mucho más allá de las tradicionales exportaciones.

En definitiva, nuestro país se encuentra en un proceso de expansión de su potencial humano y económico.

Estamos reforzando nuestros puntos fuertes tradicionales, al tiempo que abrimos nuevos sectores para el desarrollo. Estamos invirtiendo en nuestra gente como nunca se había hecho y dando los primeros pasos hacia la constitución de una sociedad de clases medias.

Estamos comprometidos a ofrecer, tanto a nuestros ciudadanos como a los inversores nacionales e internacionales, un clima favorable para la creación de negocios.

Con una economía en crecimiento y una administración pública transparente y profesionalizada.

Amigos y amigas,

Creo firmemente en la República Dominicana. En su capacidad de generar y distribuir riqueza, en los valores que cultiva su gente y en su capacidad de trabajar bien y con honestidad.

El gobierno y yo personalmente estamos comprometidos con el bienestar y el desarrollo de nuestro pueblo y haremos todo lo que esté en nuestras manos para lograrlo, no les quepa duda.

Aquellos de ustedes que se decidan a acompañarnos en este proceso encontrarán ante sí un país ávido de progreso y de novedad.  

Encontrarán un gobierno y un pueblo llenos de optimismo, que han decidido avanzar juntos en un proyecto común de superación.

Encontrarán hombres y mujeres que creen firmemente en su capacidad de cambiar las cosas y de hacer lo que nunca se ha hecho.

Señores Empresarios

Estoy convencido también, de que la única forma que tienen nuestros paises de avanzar hacia el desarrollo, es mediante una fuerte alianza entre los empresarios y los gobiernos, por eso en la República Dominicana apostamos por la existencia de un sólido sector Empresarial.

Señoras y señores

Aprovecho la oportunidad para desearles a esta Cumbre Empresarial Iberoamericana el mayor de los éxitos en favor de la empresa privada y los pueblos de nuestros países.

Los espero en la República Dominicana.

Muchas gracias a todos.