Discurso del presidente Danilo Medina en el Foro de la Diplomacia Dominicana 2015

Excelentísima Señora, Margarita Cedeño de Fernández, Vice Presidenta de la República   

Honorable Señor, Andrés Navarro García, Ministro de relaciones Exteriores. 

Honorable Señor, Gustavo Montalvo, Ministro de  la Presidencia;  

Honorable Señor, José Ramón Peralta, Ministro Administrativo de la Presidencia; 

Teniente General del Ejército de la República Dominicana,  Máximo William Muñoz Delgado, Ministro de Defensa; 

Honorable  Cristina Lizardo, Presidenta del Senado de la República, 

Señores Ministros y Funcionarios del Gobierno; Su Excelencia Reverendísima, Monseñor Jude Tadeus Okolo, Nuncio Apostólico de Su Santidad y Decano del Cuerpo Diplomático acreditada en el país; 

Honorables Señores Jefes de Misiones Diplomáticas, Consulares y Organismos Internacionales acreditados en el país; 

Honorable Señor, Andrés Rozental Invitado Especial; 

Honorables Señores Jefes de Misiones Diplomáticas y Consulares de la República Dominicana acreditados en el Exterior;  

Señores Funcionarios de la Cancillería; 

Invitados Especiales; 

 

Miembros de la Prensa; 

Señoras y Señores;  

Es un placer dirigirme a ustedes en el marco de este Primer Foro de la Diplomacia. 

Como muchos recordarán, durante mi etapa como candidato a la Presidencia les hablé muchas veces de las profundas transformaciones que necesitaba el país y que íbamos a poner en marcha.  

Y al hablar de esa transformación me referí también a la necesaria modernización de nuestro servicio exterior.  

Pues bien, este encuentro está llamado a marcar un antes y un después en la política exterior dominicana.  

Por eso quiero, antes de continuar, felicitar al Canciller Navarro y a todo su equipo por llevar a cabo esta iniciativa de tanto valor para  el país. 

Amigos y amigas, 

Estamos decididos a hacer de nuestras relaciones exteriores un instrumento efectivo para el desarrollo social, económico y cultural de la República Dominicana.  

Ha llegado el momento de que reactivemos nuestra diplomacia.  

Y de que elevemos e impulsemos la imagen del país ante la comunidad internacional.  

Tanto en las relaciones bilaterales, como en las multilaterales.  

Y tanto en nuestro contexto regional más cercano, como en el global.  

Vamos a asegurarnos de que en todos los foros en los que participamos, la República Dominicana cuente con una voz clara, firme, y plenamente alineada con nuestros objetivos  de gobierno.    

Como saben, hemos querido desde el primer día que el sello de este gobierno sea poner siempre a las personas en el centro de todas las políticas públicas.   

Y para responder a este principio es indispensable que también la política exterior coloque en primer lugar el tratamiento y la atención a nuestra gente.  

Y muy especialmente a los dominicanos y dominicanas en el exterior.  

La diáspora dominicana tiene un valor extraordinario para nuestro país. Su talento, generosidad y amor por nuestra Patria los ha convertido en los mejores embajadores de la República Dominicana en todo el mundo.  

Pero además, es un factor fundamental para el desarrollo económico y social de la República Dominicana, pues buena parte de las divisas que requiere el país para la compra de productos terminados y de materia prima proviene del esfuerzo y sacrificio de nuestros compatriotas residentes en el exterior. 

Al mismo tiempo su aporte es fundamental para la paz social por el hecho de que decenas de miles de compatriotas que residen aquí en la República Dominicana tienen como única fuente de ingreso las remesas que reciben de sus familiares en el exterior. 

Para que podamos evaluar la importancia de ese sacrificio en favor de la República Dominicana, quiero que escuchen estas cifras de los últimos 3 años: 

En el año 2012, los dominicanos residentes en el exterior enviaron a sus familiares la suma de 4,045 millones de dólares. 

En el 2013, esa suma se incrementó a 4,262 millones de dólares, y en el año 2014, que acaba de finalizar, las remesas familiares se incrementaron a 4,620 millones de dólares. 

Como pueden ver, las remesas enviadas por los dominicanos en el exterior en ese periodo de tres años a la República Dominicana totaliza alrededor de 13 mil millones de dólares, suma que es casi el doble de la inversión extranjera directa recibida por el país en el mismo periodo de los últimos tres años que fue de 7,500 millones de dólares y que es el equivalente a 575 mil millones de pesos dominicanos, muy superior a la suma de todos los ingresos tributarios consignados en el presupuesto nacional correspondiente al año 2014. 

Ese valioso aporte que ellos realizan desde la distancia debe recibir siempre una respuesta acorde desde el Estado dominicano.  

No debemos olvidar, además, que parte de esa población vive en el exterior en condiciones de gran vulnerabilidad.  

Por tanto, nuestras embajadas y consulados deben ser capaces, en primer lugar, de proteger y garantizar los derechos de nuestra gente en cualquier parte del mundo. 

A través de cada embajada o consulado nuestra misión es, antes que ninguna otra, promocionar su bienestar, su seguridad y su desarrollo.  

Señoras y señores,  

Sabemos que, tanto si lo llamamos proyección internacional, como si lo llamamos poder blando, o sencillamente, el respeto que una nación transmite a las demás, la política exterior es una de las herramientas más poderosas con las que cuenta un país para promover sus objetivos.  

Vivimos en un mundo cada vez más globalizado, donde cualquier aspecto de la vida económica y social de un país está fuertemente vinculado con el conjunto de la comunidad internacional.  

Ha llegado el momento de que la Cancillería juegue un renovado y fundamental papel en la promoción de nuestros sectores productivos y de nuestra agenda de desarrollo.  

Es indispensable que contemos con un cuerpo diplomático moderno, proactivo y eficiente.  

Las misiones diplomáticas trabajarán, por tanto, de la mano con el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana y otras instituciones para promover al país en foros de inversión, ferias de comercio y cualquier actividad que promueva nuestra competitividad.  

De la misma forma, tendrán como misión identificar nichos  donde los productos Dominicanos puedan ser colocados en el mercado internacional. 

Quiero anunciar, además, que tenemos previsto realizar en el país, en un plazo aproximado de dos mes, un foro que contará con la participación del sector privado y que tendrá por objeto promover la inversión conjunta, en este caso con el pueblo hermano de Puerto Rico.  

Por supuesto, esa cita deberá contar también con la participación de miembros de nuestro personal diplomático y consular. 

Porque nos hemos propuesto que cada una de las misiones diplomáticas y consulares en el extranjero actúen como verdaderos agentes de oportunidades de negocios para nuestro país.  

Generando riquezas y empleos para la República Dominicana en todo el mundo. 

Señoras y señores,  

Para cumplir con estas nuevas metas, para lograr que estas profundas transformaciones se realicen con éxito, es necesario que esta nueva etapa de la política exterior se cimente sobre el fortalecimiento institucional del  Ministerio de Relaciones Exteriores. 

Y muy especialmente, en la profesionalización de todo el personal, tanto local como del servicio exterior.  

En un mundo tan exigente, no es posible tener un país competitivo sin instituciones competitivas, y sin servidores públicos competitivos. 

Por eso, precisamente, una de las misiones fundamentales de este foro es proveer a cada uno de todas las herramientas necesarias y hacerles llegar informaciones valiosas, para facilitar su incorporación a estas nuevas actividades.

Queremos que se sientan parte de este cambio y que lo vivan como la gran oportunidad que es para nuestro país.  

Vamos a asegurarnos de que en cada una de nuestras oficinas y sedes diplomáticas y consulares contamos con personal capacitado, profesionalizado y evaluado según su mérito.  

No les quepa duda, vamos a acompañarlos en este nuevo proceso y a apoyar los cambios positivos que se están poniendo en marcha. 

Amigos y amigas,  

Cada uno de ustedes, miembros del personal diplomático y consular, tiene la misión de dar a conocer al mundo lo que representa nuestro país y lo que puede aportar.  

Más allá de nuestros conocidos atractivos turísticos, deben ustedes visibilizar nuestro patrimonio histórico y cultural, la estabilidad económica que disfrutamos y los avances que estamos logrando en nuestro Estado social y democrático de derecho, entre otros tantos aspectos de la vida nacional. 

Cada uno de ustedes son, además, la cara visible del Gobierno dominicano allá donde se encuentren.  

Como saben, este gobierno se ha puesto como meta cumplir sus compromisos y para lograrlo, en materia de política exterior, necesitamos de su apoyo decidido.  

Necesitamos que trabajen de forma coordinada, que hagan suyos los objetivos de la Cancillería y que trabajen codo a codo y cohesionados, porque solo así lograremos alcanzar nuestras metas.  

Tienen ustedes la misión de encarnar los valores que el Gobierno dominicano tiene por bandera:   la honestidad,  la eficiencia,  la transparencia,  el respeto a los derechos humanos, la solidaridad  y la institucionalidad democrática y,  por supuesto, el servicio constante al pueblo dominicano  y muy especial a nuestra diáspora en el exterior.  

Tienen mi promesa de que a todos ustedes se les dará el apoyo necesario para cumplir con su misión en las mejores condiciones.  

A cambio solo les pido que sean dignos representantes de las metas, actitudes y valores en los que cree este gobierno.  

Recuerden en todo momento que no están solos.  

Ustedes forman  parte de un gran equipo, el de la cancillería, forman  parte de un Gobierno, este Gobierno, y forman ustedes parte de un proyecto de país del que todos debemos sentirnos orgullosos. 

El proyecto de construir una República Dominicana más próspera y desarrollada, más justa y más inclusiva, capaz de participar solidariamente, y en igualdad de condiciones con el resto de naciones, en la solución de los grandes retos que depara el siglo XXI.    

El pueblo dominicano, el Gobierno, y yo mismo, contamos con todos ustedes para esta importantísima misión.  

¡Muchas gracias! 

¡Manos a la obra!